El poder curativo del vino:
Embriágate de salud.
Imprescindible en la mesa y la cultura mediterránea, el vino estimula el metabolismo y fortalece el sistema inmunológico, facilita la digestión sin dañar el hígado, protege el corazón, es beneficioso para las articulaciones y alarga la vida.
Alcohol, sí, pero las dosis justas.
El vino ha tenido mala prensa, y no sin parte de razón, debido a las consecuencias de su abuso, consecuencias producidas por el alcohol que es, después del agua, el componente más abundante del vino. Sin embargo, en las últimas décadas se han descubierto otros elementos en él que también producen importantes beneficios en organismo, en especial como preventivo de las enfermedades cardiacas.
A partir de los 70 se empezó a establecer una diferencia entre el consumo de vino con efectos farmacológicos y el consumo tóxico. Generalizando, se podría decir que te encuentras en un margen de seguridad, y obteniendo el máximo partido de los beneficios del alcohol, si, en el caso de los hombres, no superas el consumo de medio litro al día, cantidad que debería reducirse a la mitad en el caso de las mujeres y no más de 2 o 3 copas al día para las personas ancianas (dado que en su metabolización entran en juego las enzimas que oxidan el alcohol, la masa muscular, la sangre y la cantidad de agua presente en el organismo, todo ello mayor en el caso delos hombres).
Los cinco mandamientos del saber beber cotidiano.
1. ¿Qué beber? Vino tinto, porque es rico en taninos.
2. ¿Por qué? Por el placer y para la salud.
3. ¿Cuándo? Sólo durante las comidas.
4. ¿Cómo? Muy lentamente.
5. ¿Cuánto? Un vaso por comida las mujeres y dos los hombres.
(Según M. Baspeyras en su libro "Le vin médicin")
¿Cuáles son los efectos beneficiosos del vino?
Según Galileo, a través de él "el ingenio se vuelve ilustre y claro, el alma se dilata, los espíritus se consuelan y las alegrías se multiplican". Y la ciencia posterior ha hecho más que corroborar sus palabras descubriendo en el vino, entre otras, las siguientes funciones:
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Tranquilizante.
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Sedante.
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Anestésico.
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Vasodilatador.
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Aumenta las defensas inmunitarias.
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Favorecedor de la absorción intestinal de las grasas.
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Estimulante del incremento del HDL, el colesterol bueno.
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Diurético.
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Energético (asegura el mantenimiento de la temperatura corporal).
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Analérgico.
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Agradable al gusto.
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No dotado de toxicidad en dosis terapéuticas.
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Permite ahorrar vitamina C gracias a sus polifenoles (también denominados vitamina C2)
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Sintetiza el colágeno presente en la pared de los vasos arteriales, manteniéndolos elásticos y resistentes.
La lista se puede alargar, según las fuentes, con un largo etcétera que incluye un menor riesgo de mortalidad de cerca del 37% en los bebedores moderados respecto a los abstemios.
Un vino para cada enfermedad.
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Anemia: Rioja, por ser rico en hierro y cobre.
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Artereosclerosis: Priorat, Navarra, Merlot, Cabernet Saunignon, por la abundancia de taninos.
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Bronquitis y pulmonitis: Cava, Penedés de aguja, espumosos.
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Cansancio psicofísico: Tinto Monastrell y Mencía del Bierzo, joven. Lambrusco, vino de aguja rosado.
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Cardiopatías: Tintos de Alicante, Tecla, Mancha, Campo de Borja, ricos en potasio. Rosados de Navarra y el Penedés. Ambrusco, vinos de aguja y cava.
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Diarreas: Merlot, Cabernet Sauvignon, secos y con abundancia de taninos.
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Dolores menstruales: Rosados de Navarra, Requena y el Penedés. Blancos del Penedés, Ribeiro y La Mancha.
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Estreñimiento: Vendimias tardías de Alicante, Valencia, ricas en glicerina.
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Varices y fragilidad vasal: Tintos de Toro, Ribera del Duero, Priorat, muy tánicos.
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Hipertensión arterial: Rosados de Valdepeñas y Navarra, Lambrusco y vinos de aguja.
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Hipotensión arterial: Tinto robusto y envejecido, Merlot, tempranillo. Cava y vinos de aguja. Somontano, Costers del Segre y Ribeira Sacra, jóvenes y ricos en potasio.
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Inapetencia: Vinos de aguja y espumosos, Somontano, Costers del Segre y Ribeira Sacra, ricos en ácidos.
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Insomnio: Jumilla, Almansa, tinto de garnacha.
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Nerviosismo y depresión: Vinos rosados de aguja y espumosos.
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Obesidad: Penedés y Ribeiro secos, vinos blancos con azúcares residuales.
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Resfriado y gripe: Somontano, rico en potasio. Merlot y Tempranillo, ricos en taninos.
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Trastornos de la visión: Metlot, Cabernet Sauvignon, ricos en polifenoles.
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Úlcera gástrica: Cariñena, Monastrell, Barbera, Cabernet Sauvigno, ricos en taninos y procianidinas.
Recetas para la salud.
Vino de chicoria para la anemia.
50 gramos de raíces secas y trituradas de chicoria y 1 litro de vino blanco. Dejar macerar la chicoria en el vino durante 10 días, agitando la mezcla una vez al día. Filtrar.
2 vasitos al día antes de las comidas.
Vino de orégano para la aerofagia.
25 gramos de hojas de orégano y 1 litro de vino blanco seco. Dejar macerar el orégano en el vino durante 4 días, agitar a diario. Filtrar.
2 o 3 vasitos antes o después de comer.
Vino de genciana para la migraña.
30 gramos de raíz de genciana, 20 gramos de florde canela, 10 gramos de piel de naranja amarga, 1 litro de vino marsala u oloroso de Jerez. Dejar macerar los ingredientes en el vino durante seis días, agitando a diario. Filtrar.
Un vasito después de las comidas.
Vin brûlé para el resfriado y gripe.
Vino tinto, canela, clavos de olor, unos granos de cilantro y pimienta, corteza de limón, azúcaral gusto. Hervir el vino con la canela y añadir los demás ingredientes. Filtrar.
Una taza muy caliente antes de acostarse.
Recetas para la belleza.
Para combatir las arrugas. El vino es rico en polifenoles que bloquean los radicales libres y retrasan la formación de las arrugas.
Peeling. El ácido pilúvico del vino facilita la exfoliación de la piel y estimula la renovación celular, dando luminosidad a la piel.
El alcohol etílico que se obtiene de la fermentación de los azúcares de la uva se emplea en cosmética en los tónicos y en las fricciones para el cabello. También es un disolvente habitual de las esencias en perfumería.
Vino a los pedúnculos de cereza para la celulitis.
Poner a macerar durante siete días 50 gramos de pedúnculos de cereza en un litro de vino blanco. Filtrar y conservar en una botella de vidrio oscuro en lugar fresco.
Beber 2 o 3 vasitos de este vino 3 veces al día, entre horas y lejos de las comidas principales.
Vino al orégano y eneldo para la piel.
Macerar durante 7 días 20 gramos de orégano y 20 gramos de eneldo ligeramente picados en un litro de vino tinto. Agitar una vez al día. Filtrar. Conservar en una botella de vidrio oscuro y en lugar fresco.
Beber un vasito al día.
Una receta de belleza que puso de moda Catalina de Médicis:
Tras su matrimonio con el rey Enrique II, Catalina le siguió a Francia, llevándose con ella a su perfumista de confianza, conocido como René el Florentino. Experto en perfumes y cosmética, una de sus recetas de belleza se puso de moda en la corte. Consistía en lavarse el rostro primero con agua caliente y luego con vino tinto. Los poros abiertos por el agua caliente absorben mejor las propiedades del vino, hidratando y nutriendo la piel, a la vez que se aviva el color de la tez.
Más información en:
"El poder curativo del vino", de Giuseppe Sicheri. Bon Vivant. Ediciones Robinbook.
"Historias curiosas del vino", de Pamela Vandyke Price. Bon Vivant. Ediciones Robimbook
Texto: Marié Morales.