Método AfroYin:
bienvenid@ a tu cuerpo, bienvenid@ a tu casa.
Autoconocimiento a través del método AfroYin, basado en el movimiento, la conciencia y las danzas africanas.
Bienvenida a tu cuerpo, bienvenida a tu casa. Este fue el susurro que alguien acercó a mi oído, cuando después de unos primeros momentos de danza libre, y de contactar con mi cuerpo y mi respiración, me había tumbado en el suelo en un estado de agradable relajación.
Esta frase suave, acariciándome, “bienvenida a tu cuerpo, a tu casa” fue el inicio de una sesión intensa, vivaz, que fue alternando momentos intensos de baile, con momentos de conexión íntima con mi respiración, con mis sensaciones, con mis emociones.
Movimiento, ritmo, explosión, interiorización, escucha profunda del cuerpo, dejar aflorar emociones retenidas en el cuerpo. Desbloquear, reconectar con las partes dolientes escondidas en rincones de mi anatomía, abrazar y acunar desde mi cuerpo emociones antiguas también agazapadas en algún rincón, en el corazón, en la nuca, en forma de tensiones, de contracciones, para luego vivirlo a través del cuerpo y, de forma lúdica, moverlo y dejarlo expresar.
Cada cual, desde su movimiento genuino y personal expresaba su conexión con el ritmo. Sin pretensión de conseguir la coreografía perfecta, reconociendo la belleza de cada gesto, la sutileza o la contundencia del movimiento libre y espontáneo como expresión de cada ser.
De la misma manera que cada mañana o cada atardecer tienen su belleza en sí mismas, siendo tal como son; de la misma manera, tuve la sensación que se nos animaba a expresar. Reconociendo nuestra propia belleza a través de nuestro gesto, de nuestro cuerpo. Lo más genuinamente nuestro. Y siempre retornando a la respiración, nuestro vínculo sutil entre nuestro interior y nuestro entorno. Entre yo y el otro. Estando en mí me conecto con el otro. Reconociéndome, reconozco al otro, disfrutando en mí, disfruto del otro.
Y Ana, todo corazón, sensibilidad y vitalidad, manejando los hilos sutiles de la sesión. Presentó, sin dirigir. Sugiriendo, canalizando, permitiendo que todo fluyera.
Las músicas se iban sucediendo en un continuo de alternancias. Músicas relajantes e interiorizantes eran sucedidas por músicas calientes como el mambo. Dentro, fuera. Inspiración, expiración. Sístole, diástole.
Acabamos con la intensidad y vitalidad de los ritmos africanos.
Salí del taller con el cuerpo exhausto pero vibrante; y con la agradable sensación de haber conectado con el cuerpo y desde el cuerpo.
Texto: Carme Peruga.
AfroYin.
Método de Autoconocimiento basado en el movimiento, la conciencia y las danzas africanas.
Nuestro cuerpo, entre la tierra y el cielo.
La confianza en nosotros mismos, la comenzamos a forjar desde el vientre del cuerpo que nos dio la vida, nuestra mama.
En esta tierra que nos fecundó y siguió nutriéndonos una vez vinimos al mundo, podemos dar comienzo a la relación de CUERPO - CONFIANZA Y AMOR que vivimos en nosotros mismos.
Dar espacio a la relación de nuestro cuerpo con la confianza, nos permite dar luz y comprensión al propio movimiento natural.
El movimiento natural.
Si observamos a un bebé y tenemos la suerte de seguir su crecimiento, podremos comprobar como su movimiento va cambiando y transformándose a medida que crece. Hasta los 6 o 7 meses (aproximadamente), los movimientos son mínimos, instintivos, expresivos, pero casi carecen de carácter o personalidad.
En cambio una vez que puede desplazarse por si mismo/a, comienza a vislumbrarse en sus movimientos y expresiones gran parte de su carácter, el que irá forjando en los próximos años y mostrará con gran intensidad en su adolescencia, etapa en la cual la personalidad se acentúa más.
La manera de enfrentarnos al mundo que nos rodea, va dando diferentes formas a nuestro cuerpo, que van forjando nuestra postura ante la vida.
Nuestra familia de origen, el país de residencia, la educación, la religión y la sociedad que nos rodea, son factores importantes que influyen en como vamos construyendo la casa que habitamos: NUESTRO CUERPO.
Esta postura que nos creamos la diseñamos con diferentes sistemas de protección que nos van “enquistando” partes de nuestro cuerpo y por ende de nuestro movimiento esencial.
El trabajo corporal que se realiza desde el Método AfroYin tiene como objetivo principal, recuperar la capacidad innata de expresión y movimiento, para recordar las capacidades y cualidades que habitan en el cuerpo y ponerlas al servicio de nuestra vida.
El cuerpo y el movimiento son el mapa de quienes somos.
En el transcurso de nuestra vida, hemos ido forjando un carácter o personalidad, que se refleja en nuestra postura y aun más en nuestro movimiento. Esta identidad (limitada) de lo que somos ha sido resultado de un arduo trabajo que cada uno de nosotros ha ido realizando en su camino de vida. Hemos convertido nuestro cuerpo en un valioso traje que nos protege de todos los miedos que hemos vivido, un traje con un inteligente diseño con múltiples capas, que nos han permitido seguir caminando.
El proceso de autoconocimiento que propone este método permite darnos cuenta de la identidad que hemos creado de nosotros mismos y nos da la oportunidad de descubrir movimientos que nos ayudan a desidentificarnos de la personalidad, para ir recuperando poco a poco nuestra identidad más genuina.
El proceso de autoconocimiento se realiza en grupo, esto hace que nos topemos con las necesarias y maravillosas confrontaciones que surgen al darnos cuenta de las discrepancias entre lo que mostramos que sentimos a lo que realmente sentimos. Ver estas diferencias nos ayudan a entrar y profundizar en este camino de crecimiento.
Hay que ser muy valientes para mirar en las profundidades de nuestro Ser y aceptar que hemos puesto mucha distancia entre el yo y el verdadero Yo. Por ello hay que tomarse el camino con C.C.C. Calma, Cariño y a veces podernos reír a Carcajadas de nosotros mismos.
Todo lo que se mejora en el cuerpo, se mejora en la mente y en el corazón. Si el cuerpo está más flexible, la relación personal y con los otros ganará en flexibilidad.
¿Qué me aporta?
El Método AfroYin aporta un espacio personal y grupal para que el alumno/a se permita respirar conscientemente.
A través de la conciencia corporal y la escucha, darse cuenta de su momento presente, cuales son sus pensamientos, emociones y sensaciones, en que partes del cuerpo retiene más tensión, en definitiva, darse el espacio para estar consigo mismo y tomar conciencia de su estado físico, mental y emocional.
El trabajo con movimiento y danza que se realiza mejora las cualidades y capacidades físicas a la vez que se desarrolla la expresión corporal y el sentido del ritmo.
Danzar en grupo nos permite recuperar la fuerza de la tribu, a recordar quienes somos y cual es nuestro lugar en el mundo.
El proceso de Autoconocimiento que se realiza en AfroYin, permite adquirir herramientas que sirven para conocer y dar más comprensión al funcionamiento de nuestro cuerpo a la vez de obtener recursos para gestionar y encontrar el propio bienestar a través del movimiento, la conciencia y las danzas africanas.
Danzas Africanas.
Las danzas africanas, nacen de la necesidad de expresión y cohesión de una comunidad.
En ella se manifiesta su cotidianidad, sus creencias, así como las celebraciones y formas de vivir la conexión con la tierra y la naturaleza que los rodea.
El djembe y los dumdunes son los principales instrumentos africanos que utilizamos en AfroYin para dar ritmo a las danzas africanas.
Estos ritmos tan enérgicos, intensos y expansivos nos ayudan a "recordar" nuestra fuerza y a despertar las partes adormecidas de nuestro cuerpo.
Nuestro cuerpo está diseñado para moverse.
Vivimos en una época donde la evolución está desevolucionando nuestro cuerpo. Hace menos de 50 años no todo el mundo tenía lavadoras, aspiradoras, televisión, coches, ordenadores etc…
Hoy en día hay máquinas para casi todo, hemos pasado de mover nuestro cuerpo al 100% al mero movimiento de apretar un botón para casi todo.
Esto hace que toda la energía que somos, se concentre en nuestra mente, y sea la cabeza la parte del cuerpo que más utilicemos.
La falta de un movimiento fluido y diverso crea un desequilibrio en nuestro sistema, que se manifiesta en múltiples síntomas y enfermedades en nuestro cuerpo.
He tenido en mis sesiones a personas con depresión, ansiedad, fatiga crónica y desequilibrios similares y he podido comprobar como el trabajo con el movimiento les ha ayudado a mejorar sus síntomas.
Las danzas africanas nos invitan a sembrar, a coger agua del rió, a sentir la tierra que somos, a dar gracias al sol, a barrer, a mover las caderas…en definitiva las danzas africanas nos ayudan a recordar y a despertar todo el movimiento olvidado. Este recordar nos aporta toda la información, la fuerza y la energía que subyace en nuestro movimiento y en nuestro cuerpo.
AfroYin esta diseñado para recordar todo el poder que alberga en nuestro cuerpo, que vive entre la tierra y el cielo.
Al ser conscientes de esta bella conexión, de nuestra tierra y nuestro cielo, realizada con y desde el cuerpo, se pone a nuestra disposición un gran torrente de energía, que nos permite sentir la grandeza de la humanidad y la espiritualidad. Dos términos que se funden y confluyen en una sola presencia. SOY
Ana Carrera Duque.
Nací en Navalmoral de la Mata. Extremadura.
Soy gracias a mis padres, Ana Maria y Antonio.
Gracias a mi compañero Fausto,
soy madre de dos soles, Iyari y Edahi.
Mis alumnos me llaman terapeuta, maestra, compañera, hermana…
A mi me gusta definirme como
"RECORDADORA"
Mi vida y trayectoria profesional me han permitido crear el Método AfroYin.
Soy mujer, madre, hermana y compañera.
Me siento bendecida por la vida.
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