UNA CABEZA DE BUDDHA
Taller de pintura tibetana con Kunsang Tsering.
El síndrome de la página en blanco duró tan sólo unos minutos hasta que Kunsang empezó a indicarnos cómo dividir el papel creando la estructura de proporciones... Y cuando llegamos al color, ya éramos uno con nuestro dibujo.
Sumergirse en el arte del thangka es como sacar a flote esa parte silenciosa del Buda que todos llevamos dentro.
El origen de pintar a Buda en las Thangkas (pinturas del budismo tibetano), se remonta al siglo V. AC, cuando un monje enviado a Nepal pintó su retrato. La tradición de este arte ha continuado en un linaje ininterrumpido hasta el día de hoy, cuando artistas como Kunsang Tsering transmiten estos conocimientos por todo el mundo.
Kunsang es un maestro de Thankas muy joven, con una gran sabiduría que se plasma tanto en su arte como en la inmediatez de su acción.
Gracias a Crecejoven he tenido la oportunidad de asistir a un taller de introducción a la pintura tibetana impartido por él, donde nos ha transmitido las bases para pintar la cabeza de Buda.
Para comenzar, nos ha mostrado un esquema con la cabeza de Buda inscrita en una cuadrícula y un lienzo vacío donde habría que dibujar la misma cabeza… surgiendo de la nada!
El síndrome de la página en blanco duró tan sólo unos minutos hasta que Kunsang empezó a indicarnos cómo dividir el papel creando la estructura de proporciones a través de la cual iríamos enlazando los trazos que darían forma a la cabeza y el rostro de Buda. Después de hacer todas las mediciones y plasmar las líneas guía, hemos seguido con los trazos del dibujo, empezando por la mandíbula, frente, orejas, nariz, ojos, cejas, boca… todo en su lugar correcto dentro de la misma estructura.
Durante este proceso, Kunsang se paseaba constantemente, realizando correcciones donde era necesario… creo que ha sido muy paciente con nuestras limitaciones!
Al llegar a la fase del color, ya habíamos entablado una relación mucho más cercana con nuestro dibujo y también una concentración mayor que al principio. Ahí es donde he empezado a disfrutar!
Por lo que he podido experimentar, el trabajar con la simetría ayuda a relajar los hemisferios cerebrales, ganando en concentración y silencio interno. Tengo que añadir que el uso de esos colores, me resultó además muy estimulante.
Tras seguir con los pasos del proceso, todos nos hemos puesto muy contentos de ver cómo iba apareciendo la imagen completa. Y para mí, a nivel personal, ha significado un pequeño intento de plasmar esa parte silenciosa del Buda que todos llevamos dentro.
Os recomiendo probarlo si tenéis la ocasión!
Texto y fotos: Alma Casal, aficionada al arte tibetano.
¿Cómo dibujar la cabeza de buda?
No sabía por donde empezar, donde fijar la atención para conseguir captar tal paz y serenidad interior. Pero sólo había que seguir las pautas del maestro y dejarme llevar en la construcción del espacio geométrico que sustentara la cabeza de Buda
Pauta 1: Comprender el sentido de las medidas que llevan a las proporciones sagradas: 1’1, 2’2, 4’4
Pauta 2: Trazar las líneas con el orden establecido para formar ángulos perfectos.
Pauta 3: Acomodar las curvas, al ritmo de la respiración, sobre la estructura simétrica para ir dando lugar a la expresión humana.
Pauta 4: Observar el rostro aparecido sobre el papel desde mi propio interior.
Pauta 5: Afinar el pincel con el color adecuado sobre el ángulo indicado de la mano.
Pauta 6: Ir dotando de color y de vida el dibujo a lápiz, pasando de la expresión delineada a la profundidad cromática; empezando con el anaranjado de la piel para seguir con el azul oscuro del cabello y el negro de los ojos; dejando para el final el blanco de los ojos y el rojizo de los labios, así como las líneas sutiles del todo.
Pauta 7: Comprobar cómo la paz y la serenidad del Buda salen de la autenticidad de una@ mism@. Y cómo, curiosamente, partiendo de las mismas medidas y simetrías cada persona-artista da de sí una expresión del Buda, única y próxima a sí mism@.
Sólo para recordarnos, desde el arte sagrado, que hay un Buda dentro de cada un@ preparado para salir en el momento adecuado, bien en forma de tangka, de acción o de palabra. Todas ellas manifestaciones del arte sagrado de ser human@
Doris Boira, mediadora i comunicadora.
El autor:
Kunsang Tsering.
A LA EDAD DE 14 AÑOS, DECIDIÓ TRASLADARSE A LA INDIA Y APRENDER EL ARTE DE LA PINTURA BUDISTA TIBETANA “TANGKHAS” EN DHARAMSHALA DONDE SE ENCUENTRA EL GOBIERNO TIBETANO EN EL EXILIO.
DESPUES DE 6 AÑOS DE ESTUDIOS REALIZÓ SU PRIMER TRABAJO EN UN MONASTERIO BUDISTA SITUADO EN BIR, MÁS TARDE REALIZO EL MISMO TRABAJO EN OTRO MONASTERIO SITUADO EN DARJEELING Y POR ÚLTIMO EN MANALI DONDE PASÓ TODO UN AÑO PINTANDO FRESCOS EN LAS PAREDES DEL TEMPLO.
GRACIAS A TODA LA EXPERIENCIA QUE ADQUIRIÓ EN LOS MONASTERIOS TUVO LA OPORTUNIDAD DE EMPEZAR A TRABAJAR EN EL MONASTERIO PRIVADO DE SU SANTIDAD EL DALAI LAMA TENZIN GYATSO, NAMGYAL.
EN 2008 CONOCIÓ A SU ESPOSA EN DHARAMSHALA Y POCO DESPUÉS SE TRASLADÓ A BARCELONA.
http://kunsang.com/
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